Cuando se viaja a un país que no se conoce, el “choque cultural” es inevitable. Tal vez estés algo intimidado porque habrás oído hablar sobre la cantidad de cosas que debes hacer o no hacer en Japón. Presta atención a los siguientes consejos y puedes estar seguro de que encajarás a la perfección (sin meter la pata) en este país acogedor y hospitalario.
Encuentros y presentaciones
Reverencias
En Japón, es correcto y de buena educación inclinarse ante una persona cuando te la presentan, y también cuando das las gracias o dices adiós. Si alguien se inclina ante ti, responde tú también agachando tu cabeza. Hay muchas normas y detalles respecto a este ritual tan común – cuántas veces inclinarse, a qué distancia…- pero como turista, nadie espera que los conozcas. Basta simplemente con que hagas un esfuerzo por no olvidar la reverencia, que es una señal de confianza, respeto y cariño (no de sumisión).
Regalos y tarjetas de visita
En los encuentros formales, es habitual intercambiar tarjetas de visita, personales o de la empresa, cuando conoces a alguien con el que, tal vez, esperas hacer negocios. Además de las tarjetas, puedes llevar un pequeño regalo de tu país de origen. Entregar un obsequio es una señal de aprecio y es especialmente importante si te vas a quedar, como invitado, en una casa particular. Elige algo pequeño y representativo de tu país, un dulce o unos caramelos típicos, un llavero con un motivo especial… usa tus dos manos juntas, en lugar de una sola, cuando entregues o recibas un regalo o una tarjeta.
Ropa y vestimenta
Descalzarse
Al entrar a una casa, a un templo, a un alojamiento de estilo tradicional, incluso en muchos restaurantes y lugares turísticos, tendrás que quitarte los zapatos. Normalmente verás una estantería donde depositar tu calzado y recibirás unas zapatillas ligeras para andar por el interior del recinto.
Si el restaurante u hotel tradicional tiene zonas de tatami o esteras de paja que cubren el suelo, recuerda quitarte también estas zapatillas y dejarlas en la zona de entrada. Sobre el tatami se camina descalzo.

También es habitual que te entreguen unas segundas zapatillas para utilizarlas únicamente para ir a los servicios. Tendrás que dejarlas a las puertas del baño y, cuando salgas, volver a cambiarlas.
Consejo: Cuando viajes a Japón, procura lleva zapatos que te puedas quitar y poner fácil y rápidamente. Además, ¡ojo con los calcetines! Procura llevar unos de los que no tengas que “avergonzarte”.
Comida y bebida
Maneras en la mesa
En Japón, lo educado a la hora de sentaros a la mesa, implica apreciar la comida, lo que se te ofrece, antes, durante y después. Una vez servido, antes de empezar a comer, recuerda decir: i-ta-da-ki-mas, que significa algo así como: “lo recibo”.
Durante la comida, muestra tu agrado con la expresión: oi-shii y, al finalizar, demuestra que te sientes bien y que la comida ha sido de tu gusto diciendo: go-chi-so-sa-ma de-shi-ta. No te sorprendas si escuchas que algunos sorben la sopa o los noodles. Aquí, el ruido comiendo no es extraño ni de mala educación.
Usando los palillos
Si ya le has cogido el truco a los palillos, ¡fenomenal!, pero recuerda lo que seguramente te diría tu madre: “con la comida no se juega”. En este sentido, también en Japón hay algunas acciones que se consideran “jugar” con los palillos y con los alimentos que deben evitarse. No los utilices para rascarte, para llamar al camarero en un restaurante, para pinchar un trozo de comida o para golpear la mesa como si estuvieses tocando el tambor.
Tampoco mantengas los palillos hacia arriba junto a tu plato, ni los uses para ofrecer y dar comida a alguien que está esperando sus propios palillos. Ten en cuenta que algunos de estos gestos están relacionados con ritos funerarios y no son apropiados en la mesa. Si vas a coger una pieza de comida de una fuente o bandeja común, recuerda utilizar el extremo del palillo opuesto al que introduces en tu boca.

Propinas
En Japón las propinas no son algo habitual. Si dejas algo de efectivo en la mesa, probablemente, el camarero irá tras de ti para devolvértelo. Además, el dinero rara vez pasa directamente de mano en mano. Lo normal es que cuando pagues por un artículo, deposites el dinero en la bandeja preparada para este fin. El cambio te lo devolverán de la misma manera.
Templos y santuarios
Los muchos los tours que incluyen visitas a santuarios budistas y sintoístas y tú, seguramente, los verás como una atracción turística más, pero debes recordar que son sitios religiosos, lugares de culto y oración. Sé respetuoso cuando visites un templo o un santuario. No entres en las zonas de acceso restringido, habla bajo y viste de manera adecuada (no vayas, por ejemplo, en bañador).
Ritos religiosos
La mayoría de los santuarios requieren realizar la ceremonia del agua antes de que puedas acceder a ellos. Utiliza el cucharón, que verás a la entrada, para verter un poco de agua en tus manos. Retén un poco de esa agua en tu mano y llévala a la boca. Luego, escúpela en el suelo (nunca dentro de la vasija). Es un acto de “limpieza”, de purificación, antes de entrar a un lugar sagrado.

En el tren y otros medios de transporte
Dispositivos móviles
Hablar con tu móvil en los espacios limitados del tren o del autobús se considera algo grosero. Si necesitas utilizarlo, es preferible recurrir a los mensajes de texto y llevar el teléfono en modo “silencio”. Si tienes que hablar, hazlo bajo para no molestar a tus compañeros de viaje.
Haciendo cola
En las estaciones de tren y autobuses más concurridas y ajetreadas, al igual que en los aeropuertos, tendrás que formar parte de alguna de las filas pensadas para mantener el orden. No empujes y presta atención a las líneas, pintadas en el suelo, que sirven de guías.
En caso de enfermedad
No te suenes la nariz en un lugar público e intenta evitar sorber los mocos o estornudar. Si tienes la mala suerte de coger un constipado, compra una mascarilla y utilízala para cubrir boca y nariz y así no expandir gérmenes y evitar contagiar a los demás.

Idioma
Aunque encontrarás a mucha gente que habla inglés, no presupongas que todo el mundo va a hacerlo. En lugar de pretender que todos te hable en este idioma, aprende algunas frases muy sencillas y útiles en japonés, como por ejemplo: sumimasen, que significa “disculpe”, o “lo siento” y arigato que quiere decir “gracias”.
No te agobies con todos estos consejos de etiqueta que te hemos apuntado. Si cometes un error o un olvido en una situación concreta, sé amable y paciente contigo mismo y también con los que te rodean. Los japoneses se sentirán complacidos y sabrán apreciar tu esfuerzo por cumplir sus normas de protocolo pese a tus imperfecciones.